Lo he decidido. Hasta antes de ayer creía que para alcanzar mi sueño tendría que enrollarme con un torero. Eso o decir en Telecinco que me había enrollado con uno. No me sentía preparada. Qué quieren que les diga, a mí Karmele Marchante me intimida demasiado. Sea como fuere, ahora sé que no es necesario pasar por ese trance. Costanza Miriano, la autora de Cásate y sé sumisa, me ha demostrado que puedo alcanzar mis metas sin seguir los pasos de Belén Esteban.
Analicemos un momento ambas obras. Ambiciones y reflexiones es la publicación de la tertuliana de Sálvame diario/Deluxe (juro que le he buscado otro cargo más digno, pero sin éxito). El caso es que estaba leyendo hoy que el libro de la ex de Jesulín se encuentra entre los más vendidos de Amazon, cuando me vino a la mente una pregunta desgarradora: ¿Tiene esta mujer capacidad de reflexión? Tuve que morderme la lengua: «Yo no me enamoré del torero, del Jesulín que todo el mundo conocía, si no de la persona, de Jesús Janeiro Bazán»*. Cásate y sé sumisa es un libro con un carácter bien diferente. Lo ha escrito una periodista italiana y lo ha editado el arzobispado de Granada.
Ana Mato, la ministra, ha pedido su retirada de las tiendas, pero ya se han vendido más de 50.000 ejemplares por internet. «Las mujeres nos olvidamos de que no se puede tener todo: trabajar como un hombre y estar en la casa como una mujer». Toma ya. Aquí las preguntas que me vienen son varias: ¿Cómo trabajan los hombres? Más importante aún: ¿Cómo está en la casa una mujer? Y por rizar el rizo: ¿Cómo está el hombre en la casa? Si no tienen las respuestas, no se alarmen. Padecen de sentido común.
En definitiva, que estaba leyendo todo esto en la prensa del día cuando le solté al camarero en voz alta: «voy a escribir un bestseller». Él, que me quiere bien gracias a una relación forjada a base del cafelito diario, me mira suspicaz y replica: «Dirás un libro». A modo de respuesta le dejé sobre la barra el periódico abierto con la noticia de que estas dos mujeres tiene los libros más vendidos por la red. Necedades y mucho morro, pienso mientras me alejo. No necesito más.
*Por mantener la pureza del escrito he dejado ese «si no» separado, aunque debiera ir junto.