Paso a paso y sin prisas, / recorriendo por las calles / de mi pueblo, La Bañeza, / tras las fiestas patronales, / rezo las cien letanías / de rogativas reales, / para que llueva a mansalva, / a cántaros y a raudales. / Para borrar vomitonas / y las meadas normales, / que gentes de mal beber / y de peores meales / han dejado en las aceras / su identidad y señales.
Hay que ahorrar agua, señores, / dicen los de la limpieza / en un año de abundancias, / sin riegos en La Bañeza / que arrastren las mil miserias / resultantes de las fiestas / y limpien con escobajos / esas calzadas y aceras. / Hay que ahorrar agua, señores, / dicen los de la limpieza, / qué bonito si lloviera / un día en esta Bañeza, / que limpiara de un plumazo / los residuos de las fiestas. / Unas fiestas de postín, / medio centenar de peñas, / que beben como cosacas / y mean en las aceras. / Botellones consentidos / con matices y rarezas, / pues han de tener sus sedes / con retretes pa la mierda, / aunque vomiten y meen / en los portales y aceras. / Tiene que llover, señores, / como sea, en La Bañeza.
Unas fiestas patronales/ que no debo criticar, / porque restando dineros, / han sido, casi sin par. / Hubo carrera de motos / y mercado medieval. / Hubo reinas y princesas / y la feria artesanal. / Exposiciones a tope, / poesía en recital. / Gigantes y cabezudos, / doma, vaquillas y tal. / Hubo verbenas, conciertos / y baile del regional. / Una paella gigante / para el viejo personal. / Un pregonero de lujo / quiso ser hijo local. / Y la pintura en la plaza / la dibujó sin erial… / Todo un programa completo / de divertirse y gozar. / Pero no llueve, señores, / y no se puede regar, / que hay que ahorrar agua de sobra / aunque huela el albañal. / Por eso, ya en rogativa, / debemos todos rezar / que caiga ya un aguacero / para mi pueblo limpiar.
¿Dónde están esos baldeos / del contratista limpión? / ¿Dónde su manguera llena / de agua a la gran presión? / Que La Bañeza ardió en fiestas, / grandes fiestas, sí señor, / pero hay que apagar su fuego / de vomitonas, perdón, / y de meadas de altura / que produce el botellón. / Ruego a Dios en las alturas / un sonoro chapuzón / que limpien en La Bañeza / porquería y mal olor / que dejaron forasteros / y los propios, sí señor, / que también los bañezanos / paseamos el pendón / de residuos y basuras / cuando nos falta razón. / Pero que llueva muy pronto. / Pero que llueva, Gran Dios. / O Palazuelo que mande / de baldear a gogó, / por medio de una ordenanza / o un decreto con pregón. / Que huela a rosas la Plaza / y barrios de alrededor. / Que el agua siempre es barata / usada con la razón.