Ical
Las once diócesis de la Comunidad llevan años evitando a través de una reordenación pastoral que exista una desatención a los feligreses, debido a las progresivas jubilaciones sacerdotales y a la despoblación del mundo rural. El reagrupamiento parroquial y la asunción por parte de los curas de más parroquias cuando algún compañero se jubila provocan que en seis de las nueve provincias -salvo Zamora, Valladolid y Palencia- haya más de 500 municipios donde los vecinos acuden ocasionalmente a oír misa a localidades cercanas. Ante la falta de eucaristía, han ido surgiendo también las denominadas ‘celebraciones dominicales en ausencia de presbítero’, que dirigen religiosos, seglares y seminaristas.
En estos momentos, la Diócesis de Ávila estudia una nueva reordenación que prevé reducir de 60 a unas 40 las unidades parroquiales de atención pastoral de la provincia. Si ahora cada una de ellas agrupa a una media de seis o siete pueblos, la cifrará subirá hasta los diez o incluso los quince. Según explicó a Ical el vicario de Pastoral, José María García Somoza, entre los arciprestazgos más afectados figuran El Barco de Ávila, Piedrahíta y algunos de La Moraña, como Fontiveros. La reordenación tendrá menos incidencia en unidades que cuentan con una población más estable como el Valle del Tiétar, Burgohondo o Cebreros. De esta forma se podrán afrontar las jubilaciones de un elevado porcentaje de sacerdotes que superan los 75 años.
En la provincia de Salamanca, el proceso de reordenación arrancó hace cuatro años y aún no ha terminado. En la Diócesis de Ciudad Rodrigo, con 121 parroquias y 52 curas que ofician, de momento las misas están garantizadas. En la Diócesis de Salamanca, el vicario de pastoral, Tomás Durán, explica que la unificación de parroquias ha hecho que se pase de las 405 -375 en el mundo rural y 35 en la ciudad- a 53 unidades, 32 distribuidas en la provincia y 21 en la capital. Las hay que abarcan diez núcleos de población, aunque ni siquiera se llega a los 1.000 habitantes, ya que algunos pueblos cuentan con solo siete vecinos lo que hace “inviable” el que haya “un sacerdote en cada campanario”, dice Durán, como ocurría en los años 50.
Actualmente hay unos 200 pueblos donde los vecinos tienen que desplazarse a otros municipios cercarnos a escuchar misa y están en activo 121 sacerdotes rurales. Prieto recuerda que la jubilación sacerdotal es a los 75 años y la media actual está en los 68 y 69, lo que provocará más problemas en próximos años. Sin embargo, destaca que hay párrocos que en “un acto de generosidad” y pasados ya los 85 años, siguen oficiando misa.
Emilio Vicente, párroco de la comarca de Ledesma, pone rostro a estos sacerdotes. Atiende 14 parroquias que años antes tenían adscritos hasta cuatro sacerdotes. En su caso, un cura de la Diócesis sin responsabilidades parroquiales le apoya y dice misa en fin de semana en tres pueblos. En otros municipios solo se celebra eucaristía una vez al mes. “En pueblos con apenas habitantes quieren una parroquia abierta al verlo como una necesidad, aunque se diga misa para solo cinco vecinos”, apunta.
Participación activa de laicos en León
En León, la Diócesis puso en marcha en octubre de 2004 el nuevo modelo, que agrupa a varias parroquias con un Consejo de Pastoral que promueve la participación activa de los laicos. En noviembre de 2011, el obispo Julián López aprobó un nuevo decreto de actualización que fijó en 58 las unidades pastorales que agrupan las 757 parroquias, 19 filiales y 35 anejo. Sobre esa planta diocesana trabajan 178 sacerdotes, 88 en la ciudad y 90 en el ámbito rural.
En los pueblos hay 18 curas que tienen encomendadas diez o más parroquias y en 140 de ellas los vecinos se tienen que desplazar a pueblos cercanos. Además, en otras 90 parroquias la atención pastoral la realiza un grupo de 30 personas entre religiosos, seglares y seminaristas que dirigen las celebraciones dominicales. También se ha promovido una revisión de la normativa que se aplicará en breve y transformará muchos pueblos en filial o anejo, reduciendo aún más las 757 parroquias actuales.
Por su parte, la Diócesis de Astorga tiene parroquias en las provincias de León, Zamora y Ourense. En León -que engloba toda la zona de Astorga y El Bierzo- cuenta con 105 sacerdotes párrocos, en Ourense, con 29 y en Zamora, con otros 28. Hay bastantes personas seglares que están formadas para celebrar la Palabra los domingos, y desde hace años un sacerdote atiende a muchos pueblos.
Es el caso de Joaquín García, sacerdote de la Pola de Gordón, de la Diócesis de León, que aglutina en uno lo que antes eran dos arciprestazgos, el de Bernesga y el de Torío. Realiza su trabajo pastoral en diez parroquias. “Hay otro cura más de apoyo y si hay muchas misas en la zona, que incluye un geriátrico, se reparten pero en algunos pueblos solo se celebran cada quince días. Muchos feligreses se desplazan a la población más cercana para asistir a la eucaristía”, indica.
En otros municipios, García reconoce que se ofician “para muy pocas personas” ya que en invierno muchos de sus habitantes pasan largas temporadas en la capital y otros no acuden al culto religioso por problemas de edad o de salud “y también por que en muchos pueblos nieva bastante y es difícil moverse de casa”, arguye. No obstante, entre el sábado y el domingo se atiende el máximo de eucaristías posibles y otro tipo de celebraciones religiosas.
Otra de las provincias que ‘tira’ de los laicos es Soria. Dada la escasez y elevada edad de los curas, se ha formado a 60 personas que se reparten en grupos de dos o tres en una veintena de poblaciones donde no se puede oficiar una eucaristía y solo se hace puntualmente. La Diócesis de Osma-Soria cuenta con ocho arciprestazgos, de los cuales siete son eminentemente rurales y los sacerdotes se distribuyen según las necesidades y servicios, si bien en Soria capital reside en torno a una tercera parte de los 147 existentes, entre diocesanos y religiosos, algunos ya jubilados. Casi toda la provincia de Soria puede considerarse ámbito rural y en su mayoría los curas, aunque sean párrocos en la ciudad, se encargan de algunas parroquias rurales, que son una buena parte de las 452 existentes.
Cuadratura del círculo
En la provincia de Palencia cada vez se registran más dificultades para poder llegar a todas las parroquias. La existencia de numerosos núcleos de población de pequeño tamaño con muy pocos habitantes supone un problema añadido al creciente descenso de las vocaciones. Sólo de forma puntual algunos feligreses han tenido que desplazarse de una parroquia a otra para poder asistir a la celebración de la misa, pero es una fórmula que podría implantarse en el futuro. En total hay 218 sacerdotes en la Diócesis, de los que 145 están en activo y 73 jubilados. De todos ellos, no llega al centenar los que tienen parroquia asignada en el medio rural y se reparten entre más de 450 feligresías.
Hay 29 parroquias para dos sacerdotes en el arciprestazgo de Santibáñez de la Peña o 22 en el Cervera de Pisuerga, como puntos de montaña con más dificultades. Para poder suplir esa falta se envía a sacerdotes jubilados o a aquellos que no tienen parroquia asignada al asumir tareas como las administrativas, que celebran misa donde no llegan los titulares.
Para la atención pastoral en los núcleos rurales la Diócesis de Segovia cuenta con 330 parroquias y, de ellas, sólo 30 tienen más de 1.000 habitantes. En total hay 90 sacerdotes para la atención pastoral, de los que 70 están en los pueblos y 20 en la capital. La atención dominical se organiza, por una parte, distribuyendo la presencia del sacerdote entre sábados tarde y domingos y, por otra, llevando a cabo celebraciones de la palabra dirigidas por religiosas o laicos y, de esta forma, se va alternando una modalidad u otra.
En total, cada fin de semana hay alrededor de 30 pueblos en los que hay solo celebraciones de la palabra dominical en espera de presbítero para poder oficiar una misa. En otros núcleos rurales marcados por la progresiva la despoblación, en invierno se reduce el culto a algún día concreto y sólo en primavera y verano se recupera la frecuencia semanal.
‘Comunidad de comunidades’
En el caso de la Diócesis de Burgos, como ejemplo, los vecinos de los municipios de comarca de Basconcillos del Tozo se desplazan cada domingo hasta el santuario de la Virgen de la Vega para poder oír misa. Los 250 sacerdotes rurales censados no pueden llegar a todos los municipios de una extensa provincia. La ausencia de habitantes, ya que algunas poblaciones perviven con apenas tres en los meses de invierno, provocó la creación de una agrupación de fieles que el sacerdote de Basconcillos, José Valdivia, define como “comunidad de comunidades”.
Este hecho motiva que los vecinos de los 22 municipios de la comarca tengan una sola opción de misa dominical. Pese a la amplitud de la geografía provincial, la Diócesis de Burgos calcula que tan solo en las comarcas del Tozo y de Sedano se dan casos de eucaristías concentradas al no existir suficientes sacerdotes.
Problema, solucionado
En la diócesis de Zamora, la parte más laboriosa del proceso de reordenación pastoral quedó hecha con el anterior obispo, Casimiro López Llorente, que lo dejó perfilado tras un arduo trabajo de sensibilización. Desde el día 6 de enero de 2011, se pasó de diez a siete arciprestazgos: Aliste-Alba (84 parroquias), Benavente-Tierra de Campos (41 parroquias), El Pan (40), Sayago (56), Toro-La Guareña (32), El Vino (32) y Zamora-Ciudad (18). Al aglutinar los esfuerzos, todavía no se ha dado el caso de que los vecinos de un pueblo vayan a misa al pueblo de al lado, respondiendo al concepto de ‘centro eucarístico’ ni se prevé que ocurra “ni a corto ni a medio plazo”. El número de sacerdotes incardinados en la Diócesis de Zamora es de 163, de los que una veintena trabaja fuera de ella: una docena, que reside en otras diócesis españolas y ocho que se encuentran en el extranjero.
Situaciones puntuales
La reordenación pastoral en la provincia de Valladolid es mínima y el Arzobispado califica la actual situación de “no tan grave” como en otros puntos de la Comunidad. “Solo hay problemas muy puntuales en algunas zonas y, aunque en los próximos años se pueden agravar, hoy por hoy el mundo rural está bien atendido”, explican. De momento las misas están garantizadas en todos los municipios con un censo de 67 sacerdotes rurales en activo. La eucaristía puede ser en sábado o en domingo y, en ocasiones, hasta el propio vicario general, Luis Argüello, u otros sacerdotes libres, se turnan y acuden desde capital a algún pueblo cercano a oficiar la eucaristía.
Nuestro País, siempre ha exportado religiosos y sacerdotes a misiones.
En Barañaín (Navarra) estudian y se preparan para el sacerdocio (con becas pagadas por ESPAÑA) cientos de seminaristas LATINO-AMERICANOS, y una vez terminada la carrera, van a ejercer de Curas a sus Paises de origen, aún cuando algunos desearían quedarse aquí, pero no les dejan.
Si hasta ahora exportábamos sacerdotes, ¿porque ahora no importamos¿?.
La solución la dará muy pronto el Papa FRANCISCO, al ordenar MUJERES en el MINISTERIO SACERDOTAL. ¿Porqué nó?. Conozco muchas con verdadera vocación, y además su Santidad ha dicho recientemente, que la Iglesia no debe de tratar a la MUJER, como sirvienda doméstica. Este gran PAPA, tiene mucho y bueno para sorprender al Mundo. Gracias.