El Servicio Territorial de Sanidad de la Junta de Castilla y León ha realizado un segundo análisis de los acuíferos de la zona de Castrocontrigo, afectada por el principal incendio registrado en la Comunidad este verano. Después de un primer análisis en el que no se detectaron anomalías, el Ejecutivo autonómico realizó una segunda toma, en concreto el 24 de octubre, que también ha revelado que no existe ningún tipo de incidencia en el agua relacionada con los efectos del fuego.
El primero de los análisis para determinar el estado de los acuíferos se llevó a cabo también en el mes de octubre, donde se detectó que no existía incidencia alguna, aunque se determinó la realización de una segunda prueba una vez que se produjeran las primeras lluvias del otoño, con el fin de garantizar la salubridad del agua y determinar que ésta no había sido contaminada con las cenizas acumuladas en la zona y que pudieran ser arrastradas por el agua.
El primero de estos estudios habilitó el consumo del agua sin la existencia de “ningún riesgo” para la población. Tan sólo se detectó cierta contaminación en un acuífero, aunque la existencia de un segundo en las proximidades, que se encontraba en buen estado para su consumo, no dificultó la ingesta de agua a los vecinos de esa zona afectada.
El servicio territorial de Sanidad elaboró un plan para inspeccionar, una vez que se culminara la extinción del incendio, todas las captaciones de agua de los pueblos afectados para asegurar su potabilidad y salubridad, aunque a principios del pasado mes de septiembre se podía garantizar que el agua era “bebible y potable”.