Anoche el Royal se convertía en el centro de atención de la ciudad. Nada raro, ni nada malo. Y es que el polifacético artista bañezano Toño-Odón ofrecía un concierto íntimo para los amigos que quisieron acompañar a este genio, un hombre que pone toda su alma en cada nota que sale de su guitarra (o en cada pincelada que va a parar a una de sus obras, todo hay que decirlo). En el concierto se escucharon tanto conocidas composiciones a las que Toño adopta y adapta a su voz, como temas propios que ha creado a lo largo de su amplia trayectoria musical en la que conjuga todo tipo de artes y estilos.
En la imagen que sirvió de cartel anunciador, Toño posa ante el cuadro –de su autoría- que se exhibe en el Café Royal desde hace muchos años y que da vida y nombres propios a una típica escena de las muchas que tuvieron lugar en el local, cuando un grupo de bañezanos de entonces frecuentaban aquel otro viejo café. Muchas notas para una noche musicalmente diferente; y es que el hecho de que entre la clientela del bar se colara el propio Toño y su guitarra, simplemente, hacen que el ambiente quede impregnado de arte. Todo un talento.