Elena Rabanedo Bécares, la afortunada a la que ayer sonrió la suerte de la campaña navideña del comercio local y el Ayuntamiento de La Bañeza, ha vivido este sábado una intensa jornada de compras para gastarse los 4.000 euros del premio ‘gordo’ de la iniciativa, una «buena recompensa por quedarse a hacer las compras en nuestra ciudad», en palabras de un empresario, y «una alegría que voy a compartirla con más gente», tal y como apuntó la agraciada al inicio de la ruta por el medio centenar de tiendas.
Los 250 euros para telas y disfraces de carnaval en la tienda que, por su afición como modista, suele frecuentar la agraciada fueron el primer gasto de una larga lista de deseos que Elena, con la ayuda de su esposo y su hermana fueron haciendo realidad en la ruta por los comercios donde la única condición era no sobrepasar los límites de gasto por cada negocio hasta completar los 4.000 euros en efectivo que el concejal de Promoción Económica, Tomás Gallego, llevaba en la cartera.
Algún que otro ‘capricho’ para la propia ganadora, regalos para la familia y amigos, un detalle para David –el niño que sacó la papeleta con su nombre de entre las 30.000 en la urna–, una cena para Víctor –dependiente de Disfraces Simón, quien le dio la fortuna– y su novia, incluso un lote de alimentos para las familias más necesitadas de La Bañeza y comarca fueron algunas de las compras que Elena realizó en un recorrido para el que tenía diez horas por delante desde primera hora de la mañana, cuando la agraciada aún no se creía que la suerte de la campaña de Navidad le había tocado a ella pero tenía claro que el premio tenía que ser unos «reyes adelantados al 6 de enero».
Ojalá hubiera muchas personas como ellos; el mundo iría mucho mejor.
Si señor jun. Toda una señora, toda una familia. Orgulloso de conocerlos, son de las cosas que te hacen sentir bien, aunque sea con el gesto de los demás. Gracias Elena.
¡Un regalo para el niño que sacó la papeleta! ¡Alimentos para los necesitados! ¡Una cena para el que le dio la papeleta! Enhorabuena. Toda una señora