Hay fenómenos difíciles de explicar. Situaciones insólitas que suceden al margen de lo oficial, acontecimientos promovidos por personas particulares que cumplen pequeños sueños muchos días del año. A veces estos sueños cumplidos son el premio a su constancia, a su perseverancia, a su amor por los demás. Normalmente, no buscan el lucimiento personal sino el disfrute de la colectividad. Casi siempre ese beso o ese abrazo del amigo, esa canción, es el mejor premio que se les puede ofrecer.
Les hablo de Lola, nuestra amiga Lola, la del Industrial. Lola la de Uña de Quintana, donde ejerce una especie de pequeño mecenazgo colaborando en la promoción de actos y mejora de las fiestas del pueblo, llevando a sus amigos músicos, pendonistas, danzantes, colaboradores de todo tipo e invitándoles a participar y colaborar en las fiestas de este pequeño pueblo de la Zamora profunda.
Este domingo pasado fue fiesta en Uña de Quintana. Todos los forasteros, junto con los habitantes del pueblo, nos congregamos en la plaza para ver llegar al Pendón de La Bañeza y sus numerosos acompañantes que el día antes habían participado en la multitudinaria Romería de San Froilán en la Virgen del Camino. Juntos entramos en la preciosa iglesia hecha de materiales de acarreo, con una hermosa portada, una nave central y capillas laterales de bóveda de cañón y hermoso retablo. El grandioso coro que, por sus trazas, se hizo para que cantará una congregación de algún monasterio cercano, hoy lo ocupan algunos componentes de La Charra que, de vez en cuando, acompañan alguna misa en ocasiones especiales. En otra ocasión me extenderé más sobre la iglesia que merece la pena.
Las jotas y bailes dieron paso a la comida popular que Lola prepara con cariño, ayudada por toda su familia y a los postres las canciones del grupo del Pendón que se están metiendo a fondo en esto del folclore popular ayudados por el joven folclorista de Cerecinos de Campos, afincado en Benavente, Ángel María Trilla, que se incorporó a estas cantos demostrando un gran dominio de su voz y de su pandereta. Sus cantos contagian a los pendonistas que le admiran y quieren aprender de su extraordinario magisterio. Sigue así Ángel, tienes mucho futuro en el mundo del folclore a poco que te lo propongas.
La procesión, con la Virgen del Rosario, acompañada del Pendón de La Bañeza con la preciosa música de Bañezaina, que no quisieron perderse este acto, y todo el pueblo, llegó por las calles marcadas con pétalos de rosa, a la casa de Lola y allí, Fernando de Uña y el que suscribe, cantaron una canción a la Virgen acompañados de sus guitarras.
Luego siguieron más cantos y la degustación de la “pica”, una especie de empanada llena de todo lo habido y por haber. Todo ello recogido en el magnífico reportaje fotográfico de Mily que se ha convertido en la conciencia gráfica de las tradiciones de estas tierras. En fin amigos, un día para no olvidar. Lola, sigue así, no cambies. Sigue dándole a tu pueblo lo mejor de tus amigos en momentos tan auténticos como los que vivimos ayer.