El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, anunció que la Junta de Castilla y León ha declarado situación de alarma por riesgo de incendios forestales, superando así el estado de alerta establecida por especiales altas temperaturas, así como vientos y posibles tormentas secas con aparato eléctrico.
Una alarma que limitará «totalmente» los usos del territorio y de maquinarias, de manera que «determinados trabajos agrícolas que se podrían hacer con alerta en el monte, ahora ya no se podrán hacer» debido a la situación «extremadamente grave prevista para los próximos tres días».
Por ello, el consejero pidió colaboración ciudadana para que se cumplan las prescripciones del estado de alarma, así como la «máxima vigilancia» con las personas que «tengan la tentación de atentar contra todos nosotros quemando» y «hacer una salvajada».
En cuanto a la coordinación del operativo de incendios, Suárez-Quiñones aseguró que es «ejemplar» tanto a nivel interno como con el resto de administraciones, algo que se puede ver «todos los días en todos los fuegos» y que se vio «de manera especial en los incendios de Ávila», con «4.500 hombres trabajando en ello y poniendo en peligro su vida en aras de la tranquilidad de los ciudadanos».