Adelgazar es el objetivo del 91% de las mujeres y del 84% de los hombres. Cuando llega el verano, la fiebre por perder peso se dispara y la Operación bikini se convierte muchas veces en la persecución del milagro. No importa la peligrosidad de los métodos. Vamos a por resultados.
En Francia la Dirección General de Sanidad, acaba de prohibir los atajos en las dietas express. El país galo acaba de fulminar, mediante normativa, los tratamientos como la mesoterapia, el láser o los ultrasonidos. Y lo hacen porque son una salvajada. Necrosis cutáneas, hematomas y hasta trombosis han causado en muchos pacientes.
El miércoles se celebró el día del Internacional del Libro. Las ventas en el primer trimestre del año cayeron un 10 por ciento. La crisis y el cambio industrial se muestran como posibles causas, pero lo cierto es que estamos a dieta de conocimientos. La razón: cada vez nos importan menos los triglicéridos pensantes, si es que eso existe.
Con la llegada del verano hay quien se machaca en el gimnasio, quien prueba pastillas portentosas y quien sigue la dieta del melocotón. Y todo por presumir de bañador. Es curioso que nos esforcemos tanto por lucir el palmito en la playa y condenemos a la obesidad mórbida la figura del pensamiento. Al fin y al cabo, la desnudez la paseamos un par de meses y la cabeza nos delata todo el año.
