Cuando van a cumplirse dos meses desde el inicio de la campaña azucarera en Castilla y León, en concreto en la fábrica de Olmedo (Valladolid), la actividad se desarrolla «a buen ritmo» y las fábricas de la comunidad ya han recibido más de 730.000 toneladas. A última hora de la tarde del jueves, en la fábrica de Acor se habían recepcionado 520.240 toneladas de remolacha física (equivalentes a 565.561 toneladas de remolacha tipo, es decir, a 16 grados de riqueza sacárica), mientras que en las dos fábricas de Azucarera abiertas hasta el momento en la Comunidad -Miranda y Toro- la cantidad recogida se eleva hasta 213.000 toneladas.
En ambos casos el ritmo de recepción es bueno y, aunque no tanto como en los análisis iniciales previos, la campaña es buena, mejor que el año pasado, y las lluvias previstas no se augura que ocasionen grandes problemas ya que gran parte del grueso de la raíz ya está arrancada en las zonas que antes comenzaron con la siembra.
Como es habitual, Acor fue la primera que dio comienzo a la campaña, a principios de octubre. Casi dos meses después, el coordinador del Servicio Agronómico de Acor, Javier Narváez, explica a Ical que la polarización media que se está alcanzando es de 17,39 y el descuento de 9.28. Aunque reconoce que, lejos de las previsiones que se manejaban en las semanas previas al inicio de la campaña, esta no va a resultar histórica, sí que se están obteniendo resultado satisfactorios. «La campaña es buena, la remolacha es de mejor calidad que el año pasado, pero no va a ser tan espectacular como se esperaba en las muestras que se tomaron en agosto o septiembre, que nos hacían prever una campaña récord».
«En relación con las dos últimas campañas, va a ser buena, pero no va a ser histórica», insiste Narváez, quien cifra el rendimiento en torno a 106 toneladas por hectárea de remolacha tipo (96 o 97 toneladas de remolacha física). También la polarización se encuentra por encima de la campaña pasada, cuando terminó a 17,26 aunque lejos del 18 por ciento alcanzado en otras temporadas.
La cercospora ha tenido «mayores ataques de los que se preveían» y aunque es un mal endémico del cultivo «hay campañas que se detecta más y otras menos», lo que afecta al final a los rendimientos, añade.
La raíz incorporada a la fábrica de Olmedo supone casi la mitad de las 1,2 millones de toneladas contratadas, es decir «casi la mitad de la campaña». La molturación también avanza a buen ritmo, con casi 10.000 toneladas al día, que es «bastante más que el año pasado» cuando se finalizó la campaña con 9.200. De seguir así, la pretensión es poder alcanzar las 10.500 toneladas diarias, lo que sería «el ritmo óptimo de molturación», reconoce Narváez.
En una situación parecida se avanza en el caso de Azucarera, que tiene abiertas desde hace casi un mes las fábricas de Miranda de Ebro (Burgos) y Toro (Zamora), mientras que la de La Bañeza (León) lo hará «pasado el invierno» para poder abrir «en buenas condiciones». En el caso de Toro, hasta el momento se han recibido unas 1.500 hectáreas cosechadas (unas 92.000 toneladas), lo que constituye algo menos de la mitad (unas 2.100 hectáreas), mientras que en el caso de Miranda se han entregado unas 1.700 hectáreas (121.000 toneladas) y quedarían pendientes unas 600.
En el caso de la fábrica zamorana, no se ha superado aún el ecuador de la campaña, pero se avanza «a buen ritmo» y se prevé terminar a principios de enero. Sí se ha superado la mitad en el caso de la fábrica burgalesa, donde se calcula que la recepción de la raíz terminará antes de Navidad.
Tras la recepción inicial, la directora agrícola de Azucarera, Salomé Santos, explica a Ical que, en términos de rendimiento se presenta «un buen año», como ya se apreció en las muestras de precampaña, que «apuntaban a mejores datos que el año pasado». Con ello, el rendimiento será de unas 106 o 107 toneladas por hectárea en Toro y en unas 103 o 104 en Miranda, lo que supone «un buen número», además de que la polarización «está siendo buenas» con medias «por encima del 17 por ciento».
Mientras tanto, se esperará a abrir la fábrica de La Bañeza porque «el cultivo sigue evolucionando bien» y lo interesante es esperar a abrir «no solo por el tema de la meteorología, sino porque hubo bastante siembra en mayo y es bueno darle tiempo para que finalice su ciclo», por lo que también se hará entrega en la fábrica leonesa de parte de la superficie de la zona de Toro, que «se sembró muy tarde» y que está previsto que se entregue en La Bañeza, y viceversa.
Lluvias
El sector mira de reojo a las lluvias que puedan truncar el buen avance de la campaña. En torno al 20 de octubre se registraron hasta 150 litros en algunas zonas de Castilla y León, lo que puso en jaque el abastecimiento de la fábrica de Olmedo donde, sin embargo «no ha faltado remolacha». Estos días se prevén lluvias, lo que en zonas de Salamanca y Ávila puede haber paralizado temporalmente el arranque de la raíz, aunque «nada que ver con el año pasado» cuando la campaña, por culpa de las condiciones climatológicas adversas, resultó «extremadamente dura», recuerda Narváez.
«Hay que tocar madera», apela el coordinador del Servicio Agronómico de Acor, quien confía en que la lluvia cese este fin de semana para poder avanzar en la campaña. De cualquier forma, apostilla que entre el 15 de noviembre y el 15 de diciembre lo habitual es que la mayor parte de la remolacha esté arrancada. «Los arranques son bastante generalizados, y salvo hecatombe de lluvias….», sentencia.