La iglesia parroquial de El Salvador, a la que llegó hace 38 años como párroco después de su primera etapa pastoral en dos zonas de El Bierzo, se quedó pequeña este miércoles para homenajear al sacerdote Arturo Cabo Carrasco, ‘don Arturo’. Y es que cientos de bañezanos quisieron acompañarle en una misa multitudinaria que además de para festejar a San Roque sirvió para celebrar su jubilación al frente de la parroquia y para dar la bienvenida al nuevo titular de la feligresía, el sacerdote Jerónimo Martínez Franco, quien desde hace dieciséis años se ocupa de la de Santa María, entre otros pueblos de la comarca.
El obispo de Astorga, monseñor Jesús Fernández, presidió la celebración junto al obispo auxiliar emérito de San Bernardino (California) monseñor Rutilio del Riego, oriundo de Valdesandinas, acompañados por una decena de sacerdotes compañeros y allegados al cura homenajeado. Todo para agradecer los casi cuarenta años al servicio de la parroquia pero también de sus vecinos, de la cultura, de la música, de la actividad social y asistencial a los enfermos, promotor de tradiciones o como fundador de varias asociaciones y entidades.
La Asociación de Amigos del Camino de Santiago-Vía de la Plata, Monte Urba, el Centro Social de Santa Marina, la Coral del Milenario, el Belén o la Pastoral de la Salud en la parroquia son algunos de los logros de don Arturo como párroco durante cuatro décadas en las que se han impulsado las cofradías y movimientos religiosos pertenecientes a El Salvador, sin olvidar las obras realizadas en el templo.
«Don Arturo ha amado la cultura y la fe durante 64 años, gracias por su entrega y testimonio, que Dios se lo pague», señaló el prelado asturicense en su intervención después de que el propio homenajeado tuviera palabras de agradecimiento para los bañezanos que le han acompañado en su labor pastoral durante todo este tiempo. Cabo recordó brevemente la trayectoria desde su ordenación sacerdotal en 1959, su paso por distintas parroquias de la comarca berciana donde dejó una gran huella y su llegada a la de El Salvador, donde recibió las aguas del bautismo y a la que logró dar un giro de 180 grados desde la recuperación y protección del patrimonio, las tradiciones o la creación de distintos grupos parroquiales.
Dos larguísimas ovaciones con los fieles puestos en pie demostraron el cariño que La Bañeza tiene a don Arturo Cabo, cuya labor en la parroquia ha dejado una profunda huella. Tras su jubilación, El Salvador queda al mando del sacerdote Jerónimo Martínez Franco, quien tomó posesión solemne como párroco en una tarea que contará con la ayuda de Álvaro Lobato Pérez y Jaime Marulanda Acosta como vicarios parroquiales.
Don Jerónimo y don Arturo, al finalizar la celebración religiosa de San Roque.
