Para celebrar el solsticio de invierno y recordar cómo muchas las localidades del noroeste de la Península Ibérica celebran sus tradicionales fiestas de invierno que, dando comienzo en el llamado ciclo de los doce días entre Navidad, San Esteban y el Día de Reyes, se prolongan en un segundo momento hasta el Carnaval, La Bañeza acogió este domingo un desfile de antruejos de Alija del Infantado y la quema del Gran Jurru.
Este acto estaba previsto para finales de octubre, coincidiendo con la clausura del II Congreso Internacional de Carnaval, pero el mal tiempo obligó a suspender el desfile de antruejos tradicionales y la quema del mascarado gigante preparado por el artesano portugués Acácio Pradinhos para la ocasión.
Desde el Ayuntamiento de La Bañeza se estimó conveniente aprovechar el solsticio de invierno para poder quemar este mascarón de 5 metros de altura después de la batalla de Jurrus y Castrones de Alija del Infantado que reunió a una treintena de participantes y que concluyó con la victoria de los segundos, también denominados ‘Birrias’.
Además de la batalla de antruejos, ya dentro de los actos organizados con motivo de la Navidad, La Bañeza acogió una nueva edición de la Papanoelada motera solidaria organizada por el Moto Club Bañezano y cuyo objetivo fue recoger alimentos no perecederos destinados a las familias más necesitadas.