José Cruz Cabo
Esta doble exposición de Elena y Enrique que nos presenta la Sala Azul hasta el 23 de agosto es digna de mirar y contemplar. Porque Elena, que desciende de familias bañezanas de toda la vida, aunque este asentada en Asturias, llama la atención por sus cuadros en tonos apagados, con las figuras semidesdibujadas, pero llenas de fuerza expresiva, ya que sus cuadros reflejan lejanías, movimientos de la gente en la ciudad, personas que andan, unas veces vistas de frente y otras de espaldas, dando sentido al movimiento de las ciudades, con unas pinceladas sobrias, pero finamente diluidas dentro de las calles por donde andan.
Su pintura no deja indiferente a nadie, ya que posee calidad, sentido del color, y sobre todo, están realizadas con mucha originalidad, que hacen, al que las mira, que se quede estudiando la obra con detenimiento, para encontrar todos los detalles y motivos que la misma encierra, en unas composiciones muy personales pero muy bellas.
La colección de dibujos de Enrique Aritméndiz es de una delicadeza impresionante, están basados en los valores aritméticos, pero tienen sentido y vida y son muy interesantes, ya que nos lleva a buscar en los motivos de los cuadrados o líneas, el sentido último de los mismos. No cabe duda que ambos conocen la pintura, saben como expresar sus sentimientos más profundos y llegar al espectador de sus diversas maneras de interpretar el arte de forma directa y muy artística.