P.J. Abajo
La Bañeza esperaba con impaciencia la llegada de Don Carnal, tras los casi dos años de ‘vacaciones’ obligadas por el virus que viajó desde China, pero la realidad es que en la primera jornada de fiesta que se le dedica cada año en la que es su casa el recibimiento fue bastante más tímido de lo que se esperaba. O al menos mucho menos caluroso que lo que se había visto un sábado de carnestolendas en el centro de La Bañeza hasta 2020, aunque –como siempre– no faltaron pinceladas de derroche de imaginación para reivindicar que los bañezanos tienen un don especial para el carnaval.
Con mucha menos gente disfrazada en las calles, menos grupos y muchas parejas o grupos familiares de dos, tres o cuatro personas en lugar de los grupos de veinte o treinta amigos de otras veces, y sin las aglomeraciones excesivas que en los últimos años se veían en el centro de La Bañeza, el ingenio que a pesar de las prohibiciones y restricciones nunca se fue de la cabeza de los bañezanos volvió a hacer acto de presencia en el que es el carnaval ‘auténtico’.
Muestra de ese ingenio se pudieron ver en la Plaza Mayor, pues ni la calle del Reloj ni la calle Astorga ni parte de Padre Miguélez fueron ‘tomadas’ este año de ‘transición’ por las parodias carnavaleras, unas olimpiadas locales, un salón del viejo oeste o el famoso cabaret parisino Moulin Rouge junto a la casita de los tres cerditos, una peluquería carnavalera o el circo ‘de Ángel y Cristo’.
Derroche de originalidad, como siempre, el grupo de amigos que este año quiso llevar al carnaval bañezano la Romería de El Rocío con una fiel y humana representación de la imagen que los almonteños llama la ‘Blanca Paloma’ y una charca con ranas ‘del lago de las Damas’ convertidas después en ancas o el grupo que hizo también gala de la gastronomía local con una ‘Fabada Bañezana’ en lata completan algunas de las escenas del sábado.
Trajes que insisten en el reciclaje de envases de plásticos y cartones, la popular ‘Ruta del Bacalao’ convertida en parodia, entre otros muchos disfraces, completan el elenco de personajes que en el regreso de Don Carnal cambiaron la mascarilla por la máscara o por la careta para devolver la normalidad a una fiesta que está declarada de Interés Turístico Nacional y que quiere –aunque sea poco a poco– volver a ser la cita que era hasta que llegó el covid.
La que nos viene encima.Hoy en el barrio el “mojao”a tope de gente y no conté más de tres mascarillas.Señor alcalde más vale que no nos tengamos que arrepentir.