José Cruz Cabo
Sara Sánchez Díez, Sarita, era una mujer que no paraba; lo mismo hacía la compra, la comida, los quehaceres de la casa, que vendías zapatos con su marido Delfín Pérez Linacero, al que no hemos podido olvidar a pesar del tiempo transcurrido, ya que fue una persona que trabajó mucho y bien con su cámara fotográfica y fue vicepresidente tres años de Cruz Roja, siendo yo presidente y trabajando unos años codo con codo con él por La Bañeza, sin pedir nada a cambio.
Tu trabajo silencioso y tu carácter amable y bondadoso hicieron que Delfín y tú, junto con Nieves y conmigo, tuviéramos una relación fluida y afectuosa durante muchos años.
Fuiste una mujer de gran amabilidad, afectuosa, trabajadora y amabilísima; los ratos de ocio y las tertulias que pasamos juntos, hasta que Delfín nos dejó… Pero al morir él, tu fuiste decayendo poco a poco hasta perder la movilidad, aunque aún te quedaba un poco de memoria, cuando tu hija Lourdes o tu hijo Delfin, te llevaban y nos encontrábamos, te decían ¿quiénes son estos? y tú decías: Cruz Cabo.
Tus dos hijos te sacaban a tomar el aire y un café, pero tu poco a poco te fuiste apagando y hace unos días nos dejaste del todo. Así que amiga Sarita, ahora ya estás con el amor de toda tu vida, y podéis estar siempre juntos toda la eternidad. No os olvidaremos.