Hace algo más de una década la sociedad moderna arrojó un fenómeno terrible: Los opresores de 7 años. Niños tiranos maleducados y consentidos que someten a los padres. En casos extremos el dominio acaba en insultos y golpes. Mucho se ha escrito desde entonces y hasta ahora de ello: Consejos para padres, estadísticas, tendencias y psicopatrañas diversas.
Hoy vemos en los telediarios que chavales de 12 cuelgan en internet vídeos de sus compañeros siendo apaleados, protagonizando escenas sexuales o quemando mendigos vivos en los cajeros automáticos. Monstruosidades. Delitos graves con los que la sociedad se escandaliza y se cruza de brazos. Movemos la cabeza y suspiramos frases como «dónde vamos a parar».
Déjenme decirles algo. Esto no se arregla escribiendo un libro, poniendo restricciones a Internet o culpando de todo a los políticos. Los pequeños tiranos surgieron por la falta de custodia real que los padres prestaban a sus hijos. Psicopatraña 1. Y los criminales despiadados brotaron como una espeluznante llamada de atención. Psicopatraña 2. Lo que está claro es que esto se arregla solo de una manera, abran las orejas: E-DU-CA-CIÓN.
¿Qué será lo siguiente? ¿Adolescentes genocidas?