Patricia Fernández Castaño. Gerente y quinta generación de Chocolates Santocildes
En la siguiente carta se pone de manifiesto la grave situación por la que estamos atravesando las pequeñas pymes agroalimentarias que forman la base del tejido económico de León. Como bien es conocido, nuestras empresas son de carácter familiar y seguimos al pie del cañón en esta crisis que nos asola a todos, somos muy conscientes de la gravedad de los tiempos que estamos viviendo.
Nosotros no hemos reducido nuestras plantillas de trabajadores, seguimos manteniendo empleo, pese a la devastadora caída de la compra de nuestro producto. Explicaré resumidamente cuáles son nuestros puntos de venta, nosotros fabricamos productos artesanales, por lo cual, no podemos competir con las grandes marcas, es decir, no podemos abaratar nuestros productos y jugar en la guerra del céntimo. Como bien sabrán la dinámica de compra de alimentos que se está experimentando en estos días, tras el decreto de estado de alarma impuesto por el Gobierno, es el producto de línea blanca de los grandes supermercados. Esto nos deja con una caída abismal de nuestra presencia en la cesta de la compra, ya que nuestros puntos fuertes de ventas son las pequeñas tiendas que ofrecen productos de la tierra, en resumidas cuentas, productos con sello propio.
Además, de lo expuesto se debe sumar la suspensión de ferias agroalimentarias (las cuales, nos daban tanto visibilidad al exterior como un aumento de las ventas in situ), el cierre de museos (los cuales vendían nuestros productos), la anulación de todo tipo de turismo (no hace falta comentar que el turismo deja en nuestras ciudades y pueblos una importante suma de dinero en el nicho que esta carta nos ocupa) y un largo etcétera que deja a nuestras empresas con un 80% de pérdidas en ventas.
También cabe exponer que seguimos pagando facturas de las materias primas (normalmente estos pagos serealizan a 60 días tras la emisión de factura (pago de materias primas recibidas en enero)), facturas de envases,facturas de agencia de transporte, etc. Es decir, todas las facturas que conllevan el proceso productivo y puestaen mercado de un alimento. Por si no fuera suficiente debemos sumarle el pago de autónomos, de lasliquidaciones de seguros sociales, de sueldos, etc que dejan la liquidez de nuestras empresas en un punto muy serio.
La solución, los avales que nuestro Gobierno ha planteado para empresas, en los cuales, nosotros hasta la fecha no entramos. Avales que no dejan de ser una hipoteca más que soportaremos, que dejarán más empobrecidos los márgenes de ganancias. Avales que tendremos que negociar con las entidades bancarias y con suerte, podremos rogarles un año de carencia para poder solventar nuestras ya pobres sacas.
No les pedimos limosnas, somos luchadores porque nuestras empresas son nuestra vida sino que les pedimos ayuda porque les aseguro que cada euro que nos faciliten saldrá de nuestro sacrificio y esfuerzo diario. Nunca abandonaremos nuestra tierra, porque es algo que llevamos inherente en nuestra genética. No dejen que se pierda la esencia, el valor y la riqueza de nuestros productos.
Crean en nosotros. Mañana igual ya será tarde. En voz de toda la pequeña empresa alimentaria de León.