La pareja formada por Walter Bouzán y Álvaro Fernández Fiuza (FEVE-Oviedo Kayak) se impuso ayer, por segundo año consecutivo, en la 75 edición del Descenso Internacional del Sella tras superar al K-2 integrado por Julio Martínez y José Julián Becerro, del Club Deportivo Bañezano, que quedaron segundos.
El asturiano y el pontevedrés partían en la quinta posición de las 700 embarcaciones inscritas y, tras algunos problemas a la hora de subirse a la piragua, vieron como la pareja formada por Martínez -once veces campeón de la prueba- y Becerro tomaban la delantera en la primera parte de los veinte kilómetros del recorrido.
Bouzán y Fiuza lograron alcanzar, no obstante, a la piragua que salió en cabeza junto a la otra K-2 favorita para la prueba de hoy, la formada por Iván Alonso y Emilio Llamedo, del Piragüismo Astur.
El fuerte ritmo marcado por Martínez y Becerro les permitió volver a distanciarse de sus dos perseguidores a los que tomaron unos segundos de ventaja que, antes de llegar a la mitad del recorrido, fueron neutralizados por los campeones de la 75 edición del Sella, que dejaron atrás a los terceros clasificados para situarse a la ola de la embarcación del Deportivo Bañezano.
Cuando se llevaban disputados 43 minutos de la prueba, Bouzán y Fiuza decidieron tomar la cabeza e imponer un ritmo de palada que no pudieron seguir Martínez y Becerro a los que fueron dejando atrás hasta entrar con una cómoda ventaja en la zona de la ría, cerca ya de la llegada bajo el puente de Ribadesella que cruzaron con una ventaja de unos veinte segundos sobre los subcampeones.
En esta zona se encuentra la conocida como ‘isla de la Boticaria’, sólo visible con marea baja, y en la que Martínez realizó el porteo -correr con la piragua en la mano- que le dio un polémico triunfo en 2004 aunque este año los jueces de la prueba habían advertido de que estaba maniobra sería ilegal.
A su llegada a la meta, con un tiempo ligeramente superior a una hora y cinco minutos, los campeones del Sella 2011 señalaron al cielo en señal de homenaje a Emilio Llamedo, presidente del comité organizador de la ‘fiesta de las piraguas’ desde hacía veintiocho años, y fallecido hace una semana.
En K-1 la victoria fue para el once veces campeón del mundo de maratón, Manuel Busto (Piragüismo Astur), que tomó la cabeza de su categoría desde el arranque de la prueba, seguido de Kiko Vega y Óscar Hernández, ambos de la Sociedad Cultural de Ribadesella.
Decenas de miles de personas se congregaron en las márgenes del Sella para animar a los piragüistas y sumarse a la vertiente festiva de una prueba, que contó este año con la participación de 1.003 palistas procedentes de catorce países, convertida en uno de los principales referentes del verano en Asturias.
En esta 75 edición el secretario de Estado para el Deporte, Albert Soler, fue el encargado de dar lectura al tradicional pregón escrito por el fundador del Descenso, Dionisio de la Huerta, y ha sido también la primera a la que acude Francisco Álvarez Cascos como presidente del Principado tras tomar posesión hace tres semanas.
Antes de la lectura del pregón, los organizadores realizaron un homenaje a Emilio Llamedo en el que su hijo arrojó sus cenizas a las aguas del Sella mientras que desde el puente de Arriondas se dejaba caer al cauce el tradicional collar y la montera picona, atuendo habitual de los asistentes a la ‘fiesta de las piraguas’. / EFE