La excepcionalidad provocada por la covid-19 urge y obliga al sistema sanitario a reinventarse y a recurrir a herramientas que no son nuevas, que se estaban probando en algunas especialidades y que, en otras, todo indica que han llegado para quedarse.
En este camino trabaja la Gerencia Regional de Salud que ultima la implantación de un proyecto piloto de telemedicina para las consultas de seguimiento de pacientes postcovid, que completará el trabajo de las consultas interdisciplinares que ya funcionan en todos los servicios de Medicina Interna y Neumología de los hospitales de Sacyl.
Dentro de la línea de trabajo de la Consejería de Sanidad de extender estrategias de telemedicina en varias áreas de la Comunidad, la Gerencia da los últimos pasos para pilotar a lo largo de este este trimestre consultas de telemedicina postcovid, siempre como proyecto piloto y para valorar la oportunidad o no de implantarlo en todo el sistema.
La idea es que el modelo comience a montarse este mismo mes de septiembre en el Servicio de Neumología de León, y se valora que también en el de Burgos. El motivo no es otro que la dispersión de la población en estas provincias, con el objetivo de hacer más accesible la atención, según avanzaron a Ical fuentes de la Consejería de Sanidad.
Plataforma online
El sistema pasa por montar una plataforma online para conectar al médico y al paciente y que permita al neumólogo, a través de una videoconsulta, hablar, conocer y escuchar al enfermo postcovid. Se trata de un sistema de seguimiento, que no quita la consulta presencial, que se pasará siempre que el especialista lo considere, tenga dudas o el estado del paciente lo requiera.
«No elimina la consulta hospitalaria, que seguirá, pero ayuda en el seguimiento y puede evitar muchos desplazamientos, con lo que implica en ahorro de tiempo y en seguridad, en un momento en el que el virus sigue ahí y se quieren evitar las visitas innecesarias a los hospitales para reducir los contagios«, explicaron.
Perfil del paciente
Estas consultas se dirigen a pacientes con secuelas pulmonares intecistiales o fibrosis pulmonar, así como alteraciones de la coagulación que desencadenan fenómenos trombóticos, que en algunos casos derivan en embolia pulmonar o tromboembolismo pulmonar.
El protocolo, que parte de Atención Primaria, fija que entre las ocho y doce semanas estas personas son sometidas a una radiografía de control. Aquellos que muestran alteraciones radiológicas persistentes, analíticas o de coagulación alta; mantienen síntomas más allá de los tres meses, como disnea, mala saturación basal o necesidad de oxígeno domiciliario, síntomas cardiacos (dolor torácico, palpitaciones, mareo-síncope), clínica previa vascular (tromboembólica), o deterioro cognitivo que hagan pensar en una mala evolución son derivados por su médico de Familia.
El criterio general es una revisión a los tres meses del alta en pacientes con cuadros graves o moderados, y se establecen revisiones a los seis, nueve y doce meses, en función de la gravedad del cuadro previo y particularidades o comorbilidades específicas de los pacientes.