La normalidad, entendida dentro de la nueva situación que vivimos actualmente, ha vuelto al mercadillo de los sábados este fin de semana tras el plantón de hace siete días por parte de los comerciantes. Y es que el consistorio ha conseguido llegar a un punto de entendimiento con los vendedores ambulantes para que este sábado la cita volviera más o menos a sus cauces con medidas de seguridad, aforo, limpieza y demás.
Como se recordará, la pasada semana La Bañeza no contó con su tradicional mercadillo de los sábados, salvo el medio centenar de puestos de frutas y verduras, después de que los comerciantes abandonaran la ciudad por no aceptar las condiciones de seguridad y distanciamiento exigidas por parte del Ayuntamiento como medida de prevención frente al coronavirus.
Este sábado, advertidos de la obligación de respetar la separación entre puestos y la necesidad de ocupar las calles Labradores y Magistrado García-Calvo, dejando libre de tenderetes el primer tramo de la avenida Vía de la Plata, los ambulantes volvieron a colocarse evitando las aglomeraciones que las normas impuestas por el Covid-19 exigen en este tipo de eventos.
Así, los más de doscientos comerciantes que habitualmente venden productos textiles y calzados en el mercado de los sábados volvieron a colocar sus puestos como se hizo en los primeros mercadillos de la denominada “nueva normalidad” y se permitió instalar puestos de frutas frescas y hortalizas en toda la calle Doctor Palanca solo a un lado de la calzada.
Limpieza
Mención especial merece el tema de la basura y la disposición por parte de la empresa adjudicataria del servicio de limpieza urbana, Urbaser, que instaló a lo largo del recorrido del mercado decenas de contenedores para que los vendedores depositaran la basura en ellos y lograr dar una mejor imagen de la ciudad, evitando ver tiradas por los suelos las toneladas de basura que cada sábado quedaban en las calles.
Aunque durante toda la mañana hubo agentes de la Policía Local y efectivos de la Guardia Civil en la zona del mercadillo, no se produjo ningún altercado y, de hecho, varios de los comerciantes y muchos clientes valoraron positivamente el hecho de separar los puestos entre sí y el no ocupar la zona de acceso por Vía de la Plata, invitando al consistorio a mantener este diseño de aquí en adelante.
Al final se lo comen los gítanos como siempre