Este viernes, 1 de febrero, el cedro del Himalaya que durante los últimos cuarenta o cincuenta años ha sido un elemento llamativo en las imágenes de la iglesia de El Salvador se ha convertido en madera. Hasta cinco camiones han sido necesarios para trasladar los restos de ramas y del tronco de este árbol de 30 metros que ha precisado el trabajo de varios operarios y casi cinco horas para ser talado.
Como se recordará, tras haberse detectado un contagio de Thaumetopoea pityocampa (procesionaria del pino) que podría poner en peligro su estructura, y aprovechando las obras de remodelación de la Plaza de El Salvador que se están llevando a cabo, se optó por eliminar este árbol y dar al templo mayor realce.
Tras haber sido retiradas las ramas y cortado el tronco con maquinaria pesada, en los próximos días serán eliminadas las impresionantes raíces que facilitarán los trabajos de construcción en la plaza.
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Lo que no se es porque no se han eliminado el resto de arboles que afean el templo.