José Cruz Cabo
La verdad es que Leandro Sarmiento Fidalgo, entonces alcalde de nuestra ciudad, pasó lo suyo para poder inaugurar la piscina de verano en el año 1972. Durante todo el invierno se había estado trabajando para conseguir que la piscina de verano, de la que ya estaban aprobados los proyectos, se pudiera abrir al público pero todavía faltaban datos que no venían ni del Gobierno Civil ni del Gobierno central.
Leandro y el secretario de entonces querían que la piscina se inaugurara ya, pues estaba casi terminada y faltaban pequeños detalles, que se habéan retrasado por culpa de los permisos oficiales. Entonces ambos decidieron seguir con las obras y después ya se buscaría la forma de que fueran oficiales, dado que el papeleo se retrasaba y la aprobación de la misma no llegaba.
El alcalde se puso de acuerdo con el secretario y fueron al Gobierno Civil y quedaron con el Gobernador de León de que vendría a inaugurarla un domingo a las cinco de la tarde. No recuerdo el día de junio que era pero sí recuerdo que a las cinco de la tarde el Gobernador Sánchez Lombas estaba aquí y en medio de la piscina se puso un pequeño estrado para los discursos, que no fueron muy largos y según dijo el gobernador, “para conseguir una piscina lo mejor es tirarse al agua lo más pronto posible”.
Y eso es lo que ha sido hasta hoy la piscina de verano, que a través del tiempo ha ido sufriendo mejoras y los bañezanos y visitantes que van a ella salen encantados del sitio, de lo bien que se refresca uno en el agua y lo cómodo que es pasar el día en ella, unas veces al sol y otras a la sombra.
Este año hemos tenido la suerte de comenzar la temporada de piscina al aire libre con buenos días de calor, cosa rara a través de su historia. Y eso que le quedan cuatro años para cumplir las bodas de oro. Hay que seguir manteniéndola en buenas condiciones y que la gente no haga el bestia en la misma.