Aquí el que no corre vuela. Acabo de leer en un periódico de tirada nacional que Don Alberto Ruiz Gallardón, a la sazón alcalde de Madrid, ha puesto en marcha una iniciativa que, con toda seguridad, será copiada, fusilada, asimilada por otros regidores que no son de la Villa y Corte. Dicha iniciativa es poner publicidad en las motos de la Policía Local madrileña. ¡Ole mis condriosomas!
Y es que la crisis ha llegado, y de qué manera, también a los consistorios. Como suena. El bueno del tío Gallardón, después de encargar una batería de estudios, análisis y tal para no saltarse mucho la legalidad, ha decidido que las nuevas motos policiales lleven el logo y el enunciado de una empresa eléctrica y de gas, por el módico precio de 6.000 euros (un milloncejo de nada de las antiguas pesetas) cada una.
Bueno, no es así realmente. Pero cerca. En realidad la compañía eléctrica y de gas comprará todas las nuevas motos, eléctricas ellas y ecológicas, por el precio de los 6.000 euros del ala, con la contrapartida de llevar en el carenado la publicidad.
Por algo se empieza. La crisis también llega a los consistorios y esta iniciativa, cargada de imaginación, puede ser un buen remedio para poder pagar las ingentes deudas que el consistorio madrileño tiene en particular y todos los ayuntamientos de España en general.
Y es que en estos tiempos de inauguraciones los vecinos, los chicos de a pie, jubilados y gente de mal vivir o vivir como se puede vemos como se hacen obras y obras. Muchas de las cuales quedarán ahí como necesidades perentorias (plazas, calles, rotondas, bordillos…), sin mucho coste de mantenimiento y otras…, ¡ay salao!, costarán un tuto y la yema del otro.
Por eso, por aquello de que no pase inadvertido a mis buenos amigos del equipo de gobierno municipal bañezano, que hoy han estado atendiendo a personalidades en las correspondientes inauguraciones del día, me atrevo a proponer la iniciativa de don Alberto para que las arcas municipales tengan un sitio más donde sacar los cuartos con destino a lo que se avecina.
Porque está muy bien todo este paquete de inauguraciones que nos ha tocado en este tiempo (remito a mis lectores de ibaneza.es a mi columna semanal de leonoticias.com, titulada ‘Llegó el tiempo de las inauguraciones’, gracias). Por referirme a las más recientes y costosas nombraré el museo que en su día estaba previsto como del Pan y ahora no recuerdo su actual nominación; o el museo de las alhajas e indumentaria; o el Teatro Municipal…
Vamos a ver, sí, está muy bien. Pero tienen un gasto de mantenimiento que, con toda seguridad, no será amortizado con los precios públicos de las entradas. Como ocurrió con el camping de turismo (por decir algo). Esto, amigo José Miguel Palazuelo Martín, es una especie de conquistas en las que has trabajado tú y tu equipo con garras y ganas. Como si fueras un Napoleón de andar por casa, conquistando naciones.
Pero…, las conquistas hay que mantenerlas. Por eso, y sin que sirva de desdoro para vuestro caletre, me atrevo a proponeros, queridos amigos del equipo de gobierno municipal bañezano que empecéis a buscar publicidad y ajustéis precios. No solo en el patrimonio móvil o inmóvil, sino también en el personal funcionario y contratado. Y si sale bien, id pensando en colocar en vuestras chaquetas y pantalones los cartelitos. Que así empezó en el mundo deportivo y en los taxis y ahí está la publicidad como ese gigante Polifemo que todo lo puede.
Sería curioso ver cosas así como ‘Bicicletas Jacinto, incansables en el camino’; ‘Talleres Tolón, ingenieros del motor’; ‘Academia Manuel, especialistas en I+D’. Sería curioso, pero a la publicidad también le llegó la crisis. Y la crisis es para el que la trabaja; porque casa con dos crisis mala es de guardar; la crisis para nada sirve y para todo estorba; en tiempo de crisis caduca, el que no trabaja no manduca; o ni sábado sin sol ni doncella sin amor ni crisis que no sea p… Tengo más, pero el que quiera saber que se estruje las meninges. Seré endino…