Ángel Turrado Barrio
El 10 de octubre de 1917 se abrió al tráfico la carretera de Camarzana de Tera a La Bañeza, incluyendo el puente de hierro sobre el río Eria a su paso por el pueblo de Castrocalbón.
En el “Catálogo de puentes anteriores a 1936 LEÓN” [1] se describe como “puente de dos tramos metálicos roblonados, tipo Bow-String, de 30 m. de luz y tablero inferior; los cordones están arriostrados por medio de una celosía triangulada que une las cabezas de los montantes también triangulados [...] Las vigas apoyan sobre pilas y estribos de hormigón, las primeras presentan tajamares semicilíndricos e impostilla marcada, con molduras. Este motivo se reproduce adosado a los estribos. El tablero está asfaltado.”
También se señala que en esas fechas (1988) “las piezas metálicas están muy oxidadas y precisan de urgente lijado y protección”. Fue a principios de la década de los 70 del pasado siglo cuando se acometió el único acondicionamiento del puente: se sustituyeron las antiguas pasarelas de tablas de madera por otras de chapa, se alzaron algunos montantes para aumentar el gálibo, se llevó a cabo un lijado con arena proyectada y se dio una capa de pintura gris, la cual hoy está muy deteriorada. Es a principios del siglo XXI cuando el puente deja de estar en servicio por la construcción de otro puente de hormigón paralelo unos metros aguas arriba, con una anchura superior y que ya permite el paso de vehículos en ambos sentidos.
En el artículo Diez decálogos sobre puentes [2] se destaca que “el Puente de dos hermosos y bellos arcos metálicos, sobre rasante, fuera de uso, sobre el río Eria en la localidad de Castrocalbón, en la provincia de León (provincia con más de dos mil puentes), es un ejemplo de una tipología de la era industrial, digno de admiración. No se debe mantener en el olvido ni este ni otros muchos similares a él, pues han representado/ representan una época de saber hacer y construir”.
De la misma traza y época conocemos otros puentes de hierro en la provincia de León: el de La Bañeza, el de Sopeña de Carneros, el de Villafer, el de Valderas y el ya desaparecido de Castrocontrigo. En toda la geografía española hay muchos puentes similares, algunos de mayor longitud, como el de Zaragoza, con cinco arcadas, o el de Talavera de la Reina, con diez. Todos ellos herederos de la tecnología industrial de la escuela Eiffel.
Hoy este puente ya forma parte del patrimonio histórico de la villa de Castrocalbón. Para evitar su deterioro y muerte debe limpiarse, conservarse y mantenerse. Aunque esté fuera de servicio para el tráfico rodado, puede aprovecharse y reutilizarse como vía peatonal y lugar de paseo y esparcimiento. Los costes de su restauración no serán cuantiosos pues solamente requiere algunos refuerzos y acondicionamiento del tablero y un lijado y repintado para evitar su oxidación.
Instamos a las autoridades competentes en materia de conservación del patrimonio a que pongan medios para evitar su deterioro y que faciliten su restauración. Nos consta que el Ayuntamiento de Castrocalbón y alguna asociación del pueblo han iniciado trámites para restaurarlo, pero se han encontrado con negativas o dificultades para llevarla a cabo. La celebración del centenario sería buen momento para hacerlo.
No dejemos que el Puente de hierro se convierta en otro monumento histórico más en ruina dentro de nuestra tierra.
[1] Fernández Ordóñez, J.A. Abad Balboa, T. y Chías Navarro, P. (1988) Catálogo de puentes anteriores a 1936. LEÓN. Madrid. Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.
[2] Fraile Cuéllar, J.M. Diez decálogos sobre puentes. Madrid. CIMBRA nº 396 (sep-dic de 2011). Revista del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas.