Momento en el que el féretro es introducido en el coche fúnebre.
P.J. Abajo
Miles de bañezanos y vecinos de la comarca han acompañado este miércoles a familiares, compañeros y amigos de Isidro Gabino San Martín Hernández, ‘Gabi’ como cariñosamente se le conocía en su entorno más cercano, fallecido el pasado viernes en un atentado en Kabul (Afganistán). En una Plaza Mayor que nunca había vivido un evento semejante –con decenas de policías y cargos públicos–, sólo los aplausos al paso del féretro cubierto con la bandera nacional interrumpieron el silencio con el que la sociedad bañezana ha querido rendir honores a un convecino caído por España.
Tras el funeral de Estado celebrado ayer en el Complejo Policial de Canillas, en Madrid, donde recibió la medalla de oro al mérito policial junto a su compañero también fallecido Jorge García Tudela, de Granada, el cadáver de San Martín fue trasladado al tanatorio La Cruz de La Bañeza, su localidad natal, por cuya capilla ardiente pasaron cientos de allegados y a donde llegaron infinidad de coronas y centros de flores.
En el funeral celebrado en La Bañeza, los compañeros del agente llegados desde León, Valladolid, Oviedo y Madrid hicieron un largo pasillo para recibir a la comitiva fúnebre en una plaza Mayor que enmudeció durante la entrada y la salida del féretro mientras los aplausos de los muchos ciudadanos allí presentes y varios “Viva España” rendían homenaje al fallecido y a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Sus compañeros de la Unidad de Intervención Policial de Oviedo, a la que pertenecía la víctima, especialmente emocionados y afectados, recibieron y portaron a hombros el féretro hasta el interior de la iglesia de Santa María, que se quedó pequeña para el funeral.
Amplia representación
Tras ellos accedieron a la iglesia las autoridades como la delegada del Gobierno en Castilla y León, María José Salgueiro, la vicepresidenta de la Junta de Castilla y León, Rosa Valdeón, la subdelegada del Gobierno en León, Teresa Mata, el alcalde de La Bañeza, José Miguel Palazuelo y otras representaciones institucionales locales y provinciales, además de mandos de las diferentes fuerzas y cuerpos de seguridad.
El vicario de la Diócesis de Astorga, Marcos Lobato, fue el encargado de oficiar la eucaristía, donde elogió el trabajo de los dos agentes fallecidos en el atentado, quienes se encontraban en una misión “por honrar la paz de los hombres”. En relación al agente bañezano, el vicario lo recordó como un “valiente servidor de nuestra propia seguridad y del Estado” que, junto con su otro compañero fallecido “buscaban la paz y encontraron la guerra, lucharon por la libertad y fueron víctimas de los tiranos, enseñaban a otros y lo pagaron con la muerte”.
“Un acto que ofende a Dios”
El vicario lamentó el “vil atentado” que acabó con la vida de estos dos agentes en un acto que “ofende a Dios, repugna a la razón y enfrenta a los pueblos”, por lo que se preguntó por el valor de la vida así como “dónde quedan los imperativos de la justicia de la libertad en estas actuaciones diabólicas”. Y aunque estimó que hoy existen “fórmulas mágicas” para llenar el vacío de la muerte de un ser querido, abogó por buscar una esperanza ante una muerte que “tiene sentido si junto a ella se anuncia también la vida”, finalizó.
Una vez finalizado el funeral, en el que fueron constantes las muestras de dolor pero también de cariño hacia los familiares del policía nacional bañezano, la comitiva fúnebre se desplazó a León para dar paso a una celebración íntima y estrictamente familiar en la que se incineraron los restos de Isidro Gabino San Martín, la primera víctima leonesa del terrorismo yihadista.
Compañeros del policía, visiblemente afectados, portan el féretro de Gabino San Martín.
Nunca te olvidare amigo.Eres todo un referente para mi