Una familia inmensa que llenó el patio del Alfar Museo de Jiménez de Jamuz. Sole arropada por sus parientes sevillanos y por todos sus vecinos del Jamuz, esa comunidad que en propias palabras pasó hace 25 años a ser “su otra familia” cuando llegó a tierras jiminiegas. Vicente, en un discurso emocionado, presentó a Sole para la que encontró una palabra de múltiples significados y difícil traducción: una “mujer con glamour”, la definió.
Y comenzó su actuación con una preciosa canción que retaba a las palabras de su presentador: “Tan solo una mujer”. Boleros, coplas, canciones de Serrat, de Manuel Alejandro, de María Dolores Pradera se mezclaban con otras de su disco “Sinceramente tuya”. Impresionó su voz en la mítica canción “Al alba” esta vez acompañado por su hijo a la guitarra. Y como anticipo de astros, en una noche estrellada, presentó al público al trompetista jiminiego Francisco y después a sus tres hijos -músicos ellos- Jairo, guitarra, Álvaro, caja y percusión y Valentín a la flauta travesera.
Sin olvidarse de su esposo, siempre a los teclados, para el que no le salieron palabras (… el ya sabe) finalizó con una canción premonitoria “Volver a Sevilla”.