La crónica de José Cruz Cabo
Nos ha llenado de alegría el conocer, aunque no sea a través de la Cofradía de Las Angustias, que le ha sido concedida la medalla de oro a la parroquia de El Salvador de nuestra ciudad, que ha tenido a bien concederle esta antigua cofradía bañezana. La verdad es que el acto debió estar más publicitado, porque hubiera acudido más gente y no sólo enterarnos después de que la Cofradía haya realizado la entrega de dicha medalla, a la parroquia, a través de su párroco Arturo Cabo Carrasco que además es el consiliario de dicha cofradía, al pertenecer a la parroquia. No cabe duda que es una distinción muy merecida, ya que en los veinticinco años que nuestro Arturo Cabo Carrasco ha estado de párroco en la iglesia donde se bautizó, la cofradía ha recibido mucho trabajo de todo tipo realizado por él.
Ha sido el impulsor de la recuperación de la procesión de la Soledad, ha sido el impulsor de la restauración de varias imágenes que estaban en el trastero de la cofradía, ha estado siempre trabajando codo con codo con ella y, gracias a la restauración de la talla de Cristo Resucitado, se ha podido realizar con enorme esplendor la procesión del domingo de Resurrección. Creemos que esta medalla está más que justificada porque viene a agradecer los desvelos y trabajos de un párroco que ha sabido coordinar lo espiritual y lo humano, así como lo artístico, de una manera exquisita y con una entrega total, tanto a su labor pastoral, como al engrandecimiento artístico de esta antigua cofradía. Enhorabuena para la Cofradía de las Angustias y para la parroquia de El Salvador en la figura de su bañezanísimo párroco.