José Cruz Cabo
Hace tiempo que un nieto de este señor, José María Santos Arconada, me entregó dos fotocopias de su abuelo, Laureano Arconada Asenjo, comerciante que fue bastantes años de nuestra ciudad y que tuvo la tienda hasta el año de 1929, en la calle hoy de Escultor Ribera, un hombre que debió de ser muy importante porque obtuvo en vida dos condecoraciones de gran pretigio nacional en aquella época y en ésta.
Una de ellas dice: “Don Alfonso XIII, por la gracia de Dios y la constitución, Rey de España, y en su nombre y durante su menor edad, Doña María Cristina, Reina regente: Por cuanto queriendo dar una prueba de Mi Real aprecio a vos, Don Laureano Arconada Asenjo, he tenido a bien nombraros, por mi decreto de catorce del actual, Caballero de la Real Orden de Isabel la Católica, libre de gastos, con arreglo a la ley de presupuestos de mil ochocientos cincuenta y nueve. Por tanto os concedo los honores, distinciones y uso de las insignias que os corresponden al tenor de los estatutos, confiando por las cualidades que os distinguen, en que os esmeraréis en contribuir al mayor lustre de la Orden. Y de este título, refrendado por el Secretario de la Orden y firmado por el Gran Canciller, se tomará razón en la Contaduría de la misma. Dado en palacio a 24 de marzo de 1892. Yo la Reina Regente.
Yo don Joaquín Valero, Ministro Secretario de esta Real Orden, lo hace escribir por su mandado”. Siguen tres firmas pertenecientes a dicha Orden y finaliza la misma, diciendo: “Título de Caballero de la Orden Española de Isabel la Católica, a favor de Don Laureano Arconada Asenjo”.
Pero parece ser que este comerciante bañezano, era una persona muy activa y solidaria, porque unos años más tarde, recibió del Ministerio de la Gobernación, por méritos propios, la entrada en la Orden Civil de Beneficencia y el diploma que le fue entregado por esta distinción nacional, dice textualmente así: “El Ministro de la Gobernación por cuanto resulta justificado en el expediente instruido, con arreglo a lo dispuesto en el Real Decreto y Reglamento del 30 de diciembre de 1837, que Don Laureano Arconada Asenjo, merece ingresar en la Orden Civil de Beneficencia por los servicios prestados el día 28 de septiembre de 1891, con motivo del choque de trenes, ocurrido entre las estaciones de Quintanillejas y Burgos. Su Majestad el Rey Alfonso XIII, y en su nombre Su Majestad la Reina Regente del Reino, ha tenido a bien agraciarle por Real Orden de 2 de marzo del corriente año, con la Cruz de tercera clase, mandando que se le expida el correspondiente diploma. Por tanto cumpliendo con el Real Mandato, expido el presente diploma que le autoriza para usar las insignias de la Orden, previa la toma de razón por la Dirección General de la Administración. Dado en Madrid el día 1 de junio de 1901. Está firmado el diploma por el Director general y el Jefe de sección”.
Este segundo diploma pone claramente el motivo por el que se le concede tan alta distinción. Debió ser una de las personas que atendió a los heridos, en dicho choque de trenes y eso, unos años después, le trajo la recompensa de ingresar en la Orden Civil de Beneficencia. En cuanto a la medalla de la Orden de Isabel la Católica, una de las distinciones más importantes que se conceden en España, suponemos que haría alguna cosa de mucha importancia, para nuestra nación, ya que esta distinción es de gran valor y reconocimiento, por lo que tuvo que realizar algún acto muy valioso para la nación española. Nos congratula saber que también en el siglo diecinueve había bañezanos que realizaban actos que daban prestigio a nuestra ciudad. Don Laureano Arconada Asenjo falleció en nuestra ciudad el día 7 de julio de 1929 y en su esquela y recordatorios se pone “Caballero cubierto de la Real Orden de Isabel la Católica” y condecorado con la Cruz de Beneficencia”.