Nada que añadir a lo que ya dijo Polo Fuertes ni al artículo que escribió hace unos días Charo Martínez, pero si el tema de estas fechas ha de ser un homenaje a la legumbre estrella de nuestra comarca, habrá que pedir consejo al paladar y dejarse llevar por el momento de la degustación, que suele ser el mejor. Nada nuevo -como cada año- con un notable alto o rozando el sobresaliente. Queriendo quedar bien, se podría decir que mejoran cada año, porque en realidad así es gracias a los profesionales de la cocina que se encargan de su elaboración.
El caso es que si una vez hechos los parabienes termino, se me queda muy corto el artículo. Por eso, teniendo en cuenta las palabras de Teodoro Martínez en el salón de plenos acerca de los componentes que previenen el cáncer de colon y que solo posee la alubia de La Bañeza, no queda otra opción que alabar a nuestra legumbre y criticar a todas las demás que algunos envasadores pretenden hacer pasar por bañezanas sin serlo. Aunque bien es verdad que el envase lo pone, el origen stá tan escondido que para la gente mayor o los que andan con prisa la leyenda puede pasar desapercibida.
El caso es que siendo tan defensores de lo nuestro como somos, o como presumimos ser, deberíamos exigir que con el nombre de La Bañeza no se envasen esas alubias que confunden al consumidor y -como escribí en otro artículo hace años y en otro medio de comunicación- “nos den gato por liebre”. No digo que nos engañen con el título, sino que los empresarios del sector hagan todo lo posible por marcar esas diferencias en lugar de disimularlas; así nuestro colon y nuestro paladar podrán gozar del privilegio que les corresponde por “vivir” en la tierra de la IGP de la alubia de La Bañeza, ¡qué menos!
Cómo cambiaría el cuento si hiciéramos las cosas bien. Llorente, como buen agricultor antes que político, afirmaba que habría que potenciar el sector primario. A partir de ahí el campo podría ser competitivo y la gran cantidad de productos que tenemos al alcance de la mano ocuparían ese primer puesto que se merecen, ayudando con ello a hacer frente a la crisis. Si quienes están a nuestro alrededor triunfan, triunfamos todos y si ayudamos al campo, podremos comer mucho mejor.
Lo de casa siempre ha sido lo mejor, aunque tengan que venir de lejos a darnos la razón. Las alubias de La Bañeza, si cada año ganan adeptos –incluso en los fogones de Cuéntame, con la televisiva ‘Paquita’ como cocinera en nuestra plaza Mayor- algo tendrán; y las importadas, esas que intentan a toda costa hacerse pasar por bañezanas, también tienen algo distinto. Pieles duras e indigestas, peor color, peor sabor, el caldo… aunque nada que ver y el precio; y es que, a pesar de ser más baratas, la crisis y todo lo que ustedes quieran, yo creo que cumplen a la perfección el dicho aquel de “lo barato sale caro”.