Charo Martínez Domínguez
La última del año, la del final de este verano extraño que estira sus calores hasta alcanzar el otoño. “El final del verano llegó y tú partirás”. Yo, por llevarles la contraria, me quedaré… viendo la Feria. Aquí está, una vez más, la Feria de las Tentaciones. Cada vez más y mejor. Me pregunto en qué han cambiado las cosas en nuestra ciudad desde hace un año.
Tenemos nuevos Museos y un Teatro (de lujo). Si no los conocéis, ya tenéis delito, porque merecen la pena. Somos afortunados porque sólo con los artistas bañezanos podemos iniciar la temporada teatral y continuarla casi indefinidamente.
¡Qué tiene esta ciudad que hace que haya tantos artistas! A veces somos ingratos y no sabemos apreciar lo que tenemos. Cantantes y pintores que son a la vez obreros, empresarios, oficinistas o funcionarios. Poetas ilustres, poetas en torres de marfil y poetas cotidianos. Actores que son estudiantes, amas de casa que se han revelado como buenas escritoras o pintoras… ¡Y lo que te rondaré morena! Porque el arte, tarde o temprano, surge por muchas trabas que nos pongan.
Comentando las fiestas patronales a “toro pasado” me doy cuenta de que se podía aprovechar toda esta cantera de “artistazos” que tenemos para lograr algo original y no demasiado caro en estos tiempos de crisis.
Las “Peñas” dan la nota de color, de alegría y de bullicio y además… dan la nota. A riesgo de que me llamen “cuza y metomentodo” diré que me encanta la juventud y sus ansias de vivir. Pero…hay que ser algo más que los peces en el río del villancico. Dar ideas, renovar, colaborar en los festejos, participar… Llegar a una solución favorable que contente a todos.
Pronto llegará el otoño para La Bañeza, cambiaremos al gris y al ocre de los parques. Otoño para reencontrarnos las mismas caras y en los mismos sitios. Y nuestra juventud que es “verde y roja” como los colores de nuestro Pendón nos va dejando solos. Los que se van ¿algún día volverán? ¿Qué alicientes tienen para quedarse? Disfrutemos de la Feria de las Vanidades de nuestros productos que se exhiben vanidosos. Pecaremos de gula y dejaremos la templanza para otra ocasión.
Cuando las tardes se acorten y la noche extienda sus sombras, nos reuniremos “los de siempre” a echar una parlada tomando unos cortines y de paso dar un buen repaso a la política ciudadana. Políticos que somos ya que vivimos en la “polis”. Seguiremos pensando lo que se podría mejorar en nuestra ciudad, seguiremos “cortando trajes” y comentando la crisis de la crisis que va durando más que todos los años bisiestos.
Se avecina un otoño “caliente”. Más calientes estarán los que alargan la ya larga cola del paro. No nos pongamos tristes; a fin de cuentas, hasta Navidad, ni frío ni hambre.