P.J. Abajo
Uno de los incontables y elocuentes versos que canta El Skobio en sus canciones, con mensajes tan potentes como auténticos, dice «Esta es la historia de un amigo de León, que viendo lo que había… ¡se marchó!». Y esa frase define parte de la realidad de David Ares, un buen chaval de La Bañeza que desde niño sintió «una incorregible pasión por la música, la guitarra y la composición de canciones» que este verano ha iniciado una gira en su tierra no sólo con una banda de rock en español en pleno auge sino con un disco debajo del brazo y letras que están dando mucho que hablar.
Eso es más o menos lo que busca El Skobio, que el público sienta sus canciones y disfrute con sus conciertos tanto como hacen ellos en cada fiesta y en cada ensayo desde que hace unos años comenzó esta aventura. Una aventura que surgió del empeño personal de quien tuvo que abandonar su pueblo para buscar fortuna en otras zonas de España y recaló en Gijón (Asturias). Eso sí, con su guitarra acústica, su cuaderno de canciones y mucha ilusión por formar una banda.
Ahí, mientras seguía escribiendo historias sinceras para ser cantadas en los escenarios, a David se le ocurrió publicar un anuncio para buscar gente para formar parte del proyecto. «A mí me salen canciones, pero necesitas músicos que les pongan ropajes y las dejen bonitas para ir al baile… ¿Comprendes?». Así llegaron Eduardo Ruiz Gancedo ‘Pajarito’, Esteban Chachero Huerta ‘El Pibe’ e Inma Vales Valle ‘Lokina’ a un bar de Pinilla donde se gestó la primera etapa de El Skobio, a caballo entre Asturias y León.
Ensayos en casa, búsqueda de local, viajes, nuevas letras, un proyecto encarrilado y el disco cada vez más cerca. David dice que «cuando a uno de León se le mete entre ceja y ceja hacer algo, es jodido que cambie de idea… Así que una de dos: o logramos tirar pa’alante, o quedaremos de fiesta con los marcianos en el intento».
A pesar de los inconvenientes económicos para ir financiando el proyecto, instrumentos y demás gastos que acarrea crear de cero una banda, sobre todo en León, ‘Rumbo al rock’ estaba cada vez más cerca cuando Inma tuvo que dejarlo. «Fue un bajón la verdad, pero había que seguir», así que Esteban, que tocaba a tiempo parcial con Manolokos, «vino y nos contó que había conocido a un batera de la reostia que estaba buscando grupo; fue entonces cuando Rodolfo Nicanor ‘Nica’ aparece en la trayectoria de El Skobio».
«Pasito a paso, aprendiendo de la vida, siempre viendo medio lleno el vaso» canta El Skobio en ‘Kas-men Dios’ y «seas hombre o mujer lo que debes saber es que yo soy un profeta que ha venido a protestar porque aquí hay mucho jeta que intenta manipular a todo el que se entrometa en su modelo social» es otra de las consignas que mezclan una dosis de optimismo y de ilusión con una inyección de rebeldía «porque ya está bien, ¿no?».
Rumbo al rock, que además de la gira que está llevando a la banda leonesa a distintos escenarios este verano y sumando seguidores, ya está disponible en formato disco y en distintas plataformas digitales de la mano de la productora leonesa Music Center de Ángel y Manolo. A ellos David le agradece «el haber conectado rápidamente y el ser unos grandes profesionales»
Y es que El Skobio fue directamente al grano: «¡Ni maqueta ni pollas! Grabábamos algunos ensayos con el móvil y aunque no tenían mucha calidad ya se le veía las intenciones a la música que hacemos. Así que pensamos retomar la idea primigenia de grabar el disco directamente… ¡Y ahí nos tienes!», haciendo ruido y contando cosas en festivales.
«Al final la historia de El Skobio es como la historia de mi vida: de cero a cien en un segundo y por mis cojones treinta y tres, tenemos más moral que los del Alcollano…» ironiza David mientras recuerda uno de sus muchos lemas: «salud y salid» para disfrutar de rock leonés en estado puro.