Dentro del programa del Día de la Ruta Vía de la Plata 2016 que cada año organiza la Red de Cooperación de Ciudades, el Centro de Interpretación de las Tierras Bañezanas (CITBA) acoge durante todo el mes de octubre una exposición sorprendente que a través de las colecciones de Fernando Barriales trata de acercar al público al mundo de la gladiatura en la Antigua Roma, rescatando la figura de ‘Borea’, el primer gladiador cuyo origen se sitúa en la Mansio Bedunia.
La muestra, inaugurada este viernes, incide en los aspectos más desconocidos de las armas romanas y su uso por parte de los gladiadores, pero también en la vestimenta de guerra usada por los combatientes. A través de una veintena de maniquíes que portan hasta el mínimo detalle, el experto en gladiatura y coleccionista astorgano Fernando Barriales repasa todos y cada uno de los tipos de gladiadores conocidos a través de la Historia, haciendo que esta muestra sea la más completa de cuantas se han organizado en España.
El interés de Barriales por dar a conocer a Borea en el lugar donde se cree que nació en el primer siglo de nuestra era tiene su origen en un hallazgo que se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional. Se trata de una placa de bronce de forma rectangular con cuatro orificios circulares en las esquinas, en los que se insertan argollas de la misma forma. En el lado menor izquierdo hay una argolla alargada decorada con incisiones y sujeta a la placa mediante un remache, y como inscripción algo parecido a “Celer, hijo de Erbutio, natural de la ciudad de los Limicos, dio esta tessera gladiatoria a Borea, hijo de Cantio, natural de Bedunia, el año del consulado de Marco Licinio.”
Un ‘provocador’
Una réplica de esta placa también se puede ver en la exposición ‘Borea, regreso a Bedunia de un gladiador en el olvido’, que está abierta en horario de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00 horas de martes a sábado y de 11:00 a 14:00 horas los domingos y festivos, y después de este mes la imagen del luchador romano quedará expuesta en el Centro de Interpretación de las Tierras Bañezanas para que los visitantes se hagan una idea de cómo eran los ‘provocatores’ que solían arrancar las tardes de combate en los anfiteatros romanos.